
A Verstraeten no hay como ignorarle el trabajo, porque es de lejos el mejor fotógrafo de espacios y lugares construidos que tenemos, y es bueno de verdad. Este libro de La Corte Suprema de Justicia de la Nación, impulsado por el embajador Albino Gómez y publicado por Ediciones Verstraeten, fue un encargo de la ídem. Es una obra eminentemente institucional del poder del Estado que más importancia le da al empaque y las formas, y será figurita difícil para el que coleccione libros de arquitectura, y es además, un muy buen libro para un edificio relativamente ignorado como patrimonio de la ciudad.
El cuerpo central de la obra son las fotos contemporáneas de Verstraeten. Hay unos primeros planos de los notables capiteles corintios que pueblan el interior que servirían como prueba de la calidad constructiva que supimos tener. Hay fotos de los desmesurados espacios verticales del palacio, esos patios de luz estrechos y altísimos, y hay largas perspectivas de las bóvedas con casetones que te llevan de aquí para allá. Este libro, además, permite asomarse a las salas privadas de la Corte: el salón de té, el de embajadores, el de acuerdos y las varias bibliotecas de vocalías, tribunales y demás. Y hay primeros planos inolvidables, como el de una gran lámpara de bronce en el patio de honor o el de los detalles ornamentales del muro de la antesala de la Corte, una pieza en símil piedra francamente notable. En fin, otro aporte a la creciente bibliografía sobre el patrimonio edificado de Buenos Aires, en este caso casi un rescate.
Página 12, Octubre de 2008